¡ Virgen Santa del Carmelo, acogenos bajo tu manto!

VIRGEN DEL CARMEN, TE PEDIMOS POR EL PROGRESO ESPIRITUAL Y MATERIAL DE ESTE ¡TU CHIVILCOY!

Evangelio del domingo: Dejar que Dios lo sea, Enmanuel


Queridos hijos e hijas de mi amado corazón de padre:

Ya estamos próximos al gran día, esta reflexión nos invita a tomar conciencia de lo que celebraremos y a quien celebraremos. Espero que nos sea de gran utilidad.

Por monseñor Jesús Sanz Montes, ofm

Hay buenas formas que están ocultando una inconfesable "deformación". Hay modos educados que podrían estar maquillando una extraña grosería. Hay maneras de "respetar" a Dios, como las que nos narra Isaías en la primera lectura respecto del rey Acaz, con las que elegantemente tener a Dios bajo control, con una distancia suficiente como para que no influya ni modifique nuestra vida de cada día. Sería una forma de ateísmo, una manera de negar a Dios manejándolo, porque se le reduciría a algo: se le "perdona la vida" con tal que se esté quieto, que no moleste, que no nos critique, que no ponga su dedo en nuestras abundantes llagas, que no sospeche siquiera la falacia de nuestros disfraces.

El rey Acaz no quería "tentar" a Dios como buen creyente que conocía la Escritura: "no tentarás al Señor tu Dios" (Deut 6,16). No quería importunarle, porque Dios estaba bien en su nimbo de nubes y a sus divinas labores. Pero el profeta no aplaudirá este respeto que se ofrece para despreciar, esta veneración que se practica para ignorar.

Estamos ya a las puertas de la Navidad, y también a nosotros se nos ha anunciado esta Buena noticia prometida antiguamente por los profetas (Rom 1,2). No sólo para Acaz, ni sólo para Israel, sino para todos y para siempre, Yahvéh dejará de ser un Dios Altísimo (en cuanto lejano) para ser un Dios-con-nosotros, un Dios que ha querido acamparse en nuestro suelo (Jn 1,14), hablar nuestro lenguaje, pasear nuestras andanzas, sufrir nuestros dolores y gozar nuestros alegrones.

Si fuera sólo Dios pero no estuviese con nosotros, sería una divinidad tan lejana que sería opresora o inútil, y por lo tanto su salvación no nos interesaría ni nos serviría para nada. Si estuviera con-nosotros pero no fuese Dios, estaríamos ante alguien "buena persona", alguien "majo", pero que no podría acceder a los entresijos de nuestro corazón y de nuestra historia, en donde nuestra felicidad se hace o se deshace. Él es Dios y con-nosotros, es el Enmanuel. Ojalá que descubramos que jamás molestamos a un Dios que ha querido amarnos hasta la convivencia, hasta la coexistencia, hasta ser-estar con nosotros. Y ojalá nos conceda tratarnos entre nosotros como somos tratados por Él: que acogiendo y contemplando al Enmanuel, al Dios-con-nosotros, podamos a nuestra vez ser también nosotros hermanos-entre-hermanos siendo verdaderamente hijos-ante-Él.


¡Dios me los bendiga!

P. Gustavo.

Segundo domingo de Adviento: Profetas y acompañantes


Queridos hijos e hijas de mi amado corazón de padre

Llegamos al segundo domingo de Adviento, y la liturgia pone en escena la figura de Juan el Bautista. La personalidad de este hombre es bastante especial, ya que no busca atraerse la simpatía de las demás personas, sino que se siente responsable de dar a conocer que ha llegado al cumplimiento una promesa largamente esperada. No busca serenar los ánimos, al contrario, su lenguaje es un grito a la conversión, a salir del adormecimiento, para encontrarse con el verdadero Mesías.

Por monseñor Jesús Sanz Montes, ofm

Vamos a ser acompañados por profetas en este tiempo de Adviento. Lo decíamos el domingo pasado al hilo del Evangelio: que hay en nosotros esa intuición inequívoca de nuestro corazón que nos reclama respuestas a preguntas que de verdad nadie puede responder. El primero en acompañarnos es el profeta Isaías que nos recuerda esa intuición casi como una provocación: va a nacer algo nuevo, que florecerá como un tronco de lo mejor de las raíces de nuestro Pueblo. Para redondear esta visión ansiosamente anhelada, dibujará un cuadro "naïf": el lobo y el cordero, el leopardo y la cría del león, pastarán juntos y los cuidará un chaval; la vaca y el oso se harán mutua compañía, el león y el buey compartirán su comida, el niño de pecho jugará con el áspid y hasta meterá su mano en el escondrijo de la víbora. Efectivamente, comprendemos este lenguaje cuando vamos sustituyendo estos nombres y situaciones por los correspondientes a nuestro mundo. Isaías fue un primer precursor.

Otro profeta acompañante, en los tiempos mesiánicos ya, será Juan el Bautista, que junto con María la Madre del Señor, forma esa tríada de voces que nos llaman, nos enseñan a vivir cada Adviento acontecido. El Bautista hablará de aquél mismo Enviado anunciado por Isaías: sólo que ese Mesías estaba ya entre ellos. "Convertíos, porque el reino de los cielos está cerca". Este nuevo profeta la emprendía con los fariseos y saduceos que veía en torno suyo, increpándoles que no basta saber lo que los antiguos profetas dijeron, porque de qué sirve saber si no se vive eso que se conoce. Este era el problema de unos y otros: no desconocían las profecías sobre el futuro Mesías, pero sus vidas no eran una tierra adecuada para acogerlo cuando viniera. La semilla jamás puede germinar en los diccionarios que la definen ni en los manuales que la describen, sino en la tierra que la acoge. El Bautista trataba de despertar a su Pueblo: allanad senderos, enderezad entuertos, preparad el camino del Señor que viene.

En este segundo domingo de nuestro Adviento, la Palabra de Dios viene a nosotros como anuncio esperanzado, diciéndonos que efectivamente no nos engaña nuestro corazón cuando sueña un mundo diferente al que cotidianamente nos asomamos. Ese cielo nuevo y esa tierra nueva en donde Dios habitará entre nosotros, en donde no habrá llanto ni pesar, en el que todo lo caótico cederá para dar paso a una ciudad buena y bella, habitable según el proyecto de Dios, ya está entre nosotros. Esa tierra nueva es Jesucristo y su reino, que viene continuamente a quien le acoge.

Ante la propuesta que nos hace monseñor Jesús Sanz Montes, OFM. Te digo que,vamos avanzando en el tiempo de Adviento, y la pregunta que resuena en mi mente es ¿Cómo te estas preparando para la Navidad?. Este es un tiempo donde debemos crecer en la Oración y en la conversión, recuerda que no es un tiempo donde solo debemos pensar ¿que vamos a comer?, ¿donde lo vamos a pasar?. Oracion y conversión es la consigna.


¡Dios me los bendiga!

P. Gustavo

Primer domingo de Adviento: El acontecimiento



Queridos hijos e hijas de mi amado corazón de padre:

Hoy damos inicio a un nuevo año litúrgico: Adviento. Entramos nuevamente en el llamado "Ciclo A", y seguiremos paso a paso –a lo largo de este nuevo ciclo- el Evangelio de San Mateo.

Durante este tiempo, seguiremos cantando el Aleluya, porque es un tiempo de esperanza con alegría. No obstante, silenciaremos el rezo del Gloria, que retomaremos –junto al coro de los Ángeles- el día de Navidad.

La imagen que nos puede ayudar a vivir con intensidad el Adviento es verlo como un largo retiro espiritual y empeñarnos en dedicar más tiempo a la meditación de la Palabra, a la oración, a los momentos de silencio que nos permitan serenar nuestro corazón y escuchar a Dios. Es aconsejable formularnos un propósito al comenzar el Adviento

Aquí les acerco la meditación para este Primer Día:

Por monseñor Jesús Sanz Montes, ofm

La palabra acontecimiento indica algo más que un simple acontecer. El acontecimiento nos arranca de la rutina cotidiana para gritar nos que es posible la sorpresa y el estupor. Los cristianos iniciamos con este domingo un nuevo adviento. Y digo bien: nuevo y adviento. Porque no se trata de repetir mecánicamente el guión de advientos pretéritos. Jamás la liturgia cristiana es una puesta en escena de las obras ya estrenadas y sabidas. Más bien nos empuja la liturgia a mirar el acontecimiento: Jesucristo, Señor y Salvador. Porque una novedad es tal cuando lo que alguna vez hemos visto u oído, lo que alguna vez ha empezado a acontecer en nosotros, se torna más verdad cada día.

La Palabra de Dios de este primer domingo nos describe el adviento hablando de ese doble movimiento que se da en la historia de la salvación. En el primer movimiento tiene Dios la iniciativa: es el Dios que vino, que viene y que vendrá, con un continuo abalanzarse a nuestras situaciones. El segundo movimiento se inscribe en el corazón del hombre: la espera y la vigilancia. El Señor que llega, el hombre que le espera con una actitud vigilante. Esto es el adviento.

La historia de este tiempo litúrgico habla de los tres advientos: mirando al Señor que ya vino una vez (primer adviento, hace 2000 años), nos preparamos a recibirle en su última venida (tercer adviento, al final de los tiempos), acogiendo al que incesantemente llega a nuestro corazón (segundo adviento, en nuestro hoy de cada día).

El "no sabéis el día ni la hora" que escuchamos en el Evangelio, no es una encerrona terrible que pretende asustarnos, sino un toque de atención para que cuando Él manifieste su gracia en nuestros corazones podamos sencillamente reconocerlo. Así dice una antigua oración: "Oh Dios que vendrás a manifestarte en el día del juicio, manifiéstate primero en nuestros corazones mediante tu gracia".

Sin duda que necesitamos que acontezca la eterna novedad del Señor en la venas de nuestra vida. Hay demasiadas pesadillas en nuestro mundo planetario de las que despertar, demasiadas rutinas que cansan y agotan, demasiadas necesidades en nuestro corazón y en el corazón social de que Alguien que ya vino y que vendrá, venga ahora también para encendernos la luz, una Luz que no se apague, y para cambiar todas nuestras maldiciones y enconos en ternura y bendición.

¡Dios me los bendiga!

P. Gustavo


Evangelio del domingo: ¡Viva Cristo Rey!



Queridos hijos e hijas de mi amado corazón de padre:

Por monseñor Jesús Sanz Montes, ofm

Termina el año cristiano, y la Iglesia celebra el domingo de Cristo Rey. La liturgia nos relata el final de la pasión de Jesús en la que aparece como Rey. ¿Dónde está, Rey, tu reinado? Y ¿dónde tus súbditos leales?¿Adónde se fueron los incondicionales discípulos?¿En qué quedaron todos tus proyectos bienaventurados?¿cómo es que este que se presenta así rey-de-los-judíos, ha nacido de mujer, se entretiene con niños, atiende a pobres y enfermos, se detiene con toda clase de pecadores, y pone en solfa nuestras leyes inhumanas? Así, todos, por temor, o desencanto, o indignación, o defraude... fueron abandonando a aquel Rey. Bueno, todos no. Estaban María, algunas mujeres y Juan. Y había otro más, el de la ultimísima hora: Dimas. Sólo Dimas no empleó el condicional de quien duda o niega, sino el imperativo de quien está seguro ante el acontecimiento que sus ojos ven: acuérdate de mí. La res puesta de Jesús no se hizo esperar: hoy estarás conmigo en el Paraíso.

Aquel Rey y su Reino no terminaron entonces. Aquel estar con Jesús y participar en su reinado es lo que los cristianos hemos venido celebrando y prolongando durante siglos. Y es lo que en este último domingo del año litúrgico queremos especialmente recordar: que Él es el Rey de todo lo creado, el Rey de una nueva historia, el Rey de una nueva humanidad

El reinado de Jesús no es una proclama fugaz y oportunista, no es un discurso fácil y barato. Es, ni más ni menos, que devolver a la humanidad la posibilidad de volver a ser humana según el diseño de Dios; la posibilidad de reemprender aquel camino perdido que Dios ofreció antaño, y que una libertad no vivida en la luz, en la verdad y en el amor, llevó al traste. El reinado de Jesús es ese espacio de nueva historia en la que es posible vivir como hijos ante Dios, como hermanos ante los hombres, como con fraternos ante todo lo creado.

Ya ha comenzado este reinado, y tantos hombres y mujeres han vivido así. Pero también, ¡cuántos aún no viven así ni ante el Padre Dios, ni ante el hermano hombre, ni ante la confraterna creación! Por eso, es un Reino de Jesús, que está sólo empezado, que se encuentra sin terminar, sin su plenitud final. Sólo hay un trono y éste es para Dios; y en ese trono se brinda libertad. Toda suplantación de ese Rey supondrá un camino de esclavitud, de inhumanidad, de corrupción, como lo demuestra la historia de siempre y la más reciente. Por Jesucristo Rey y por ese Reino hay que seguir trabajando, construyéndolo cotidianamente con cada gesto, en cada situación y circunstancia, para ir desterrando y transformando cuanto en nosotros y entre nosotros no corresponda al proyecto del Señor. Como dijeron nuestros mártires: ¡viva Cristo Rey!

¡Dios me los bendiga!

P. Gustavo

Evangelio del domingo: Eternidad, no longevidad


Queridos hijos e hijas de mi amado corazón de padre

Aqui les acerco el texto de este domingo y la meditación, para que juntos podamos practicarla a lo largo de esta semana.

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan la resurrección, y le preguntaron: - «Maestro, Moisés nos dejó escrito: Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano. Pues bien, habla siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. Y el segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete murieron sin dejar hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han estado casados con ella.» Jesús les contestó: - «En esta vida, hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección. Y que resucitan los muertos, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor "Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob". No es Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos están vivos.»

Por monseñor Jesús Sanz Montes, ofm

De la mano de San Lucas el año litúrgico va llegando a su fin, y con él también su relato viajero de la subida de Jesús a Jerusalén, término de su vida terrestre. Por eso el tema que nos acompañará en estos tres últimos domingos de nuestro año cristiano, será el tema del paso a la vida nueva.

Es posible que algunas predicaciones sobre los "novísimos" (muerte, juicio, eternidad) se hayan hecho inadecuadamente, generando más un pánico temeroso que una esperanza serena. La Iglesia, fiel a la herencia de su Señor, no pretende acorralar entre miedos y amenazas la libertad del hombre. No obstante, no por ello puede callarse sobre la suerte feliz o infeliz que a todos nos espera en la tierra definitiva, en ese hogar del Padre Dios en el que Jesús nos ha preparado morada.

Pero no es lo mismo creer en la vida eterna que en la vida larga, y hoy se practica un frenético culto a la vida larga con toda una ascética casi religiosa: aerobic, herbolarios, dietas alimenticias, naturismo... todo lo cual, obviamente, está bien, pero deja de estarlo cuando achata el horizonte existencial del hombre, cuando reduce el aprecio y la pasión por la vida a una cuestión de estética o de cosmética. Confundir la felicidad con una fórmula antiarruga o con un plan adelgazante, es cambiar la eternidad por la longevidad, la casa de Dios por el gimnasio o la sauna, la adhesión a la vida toda por el apego a la mocedad.

Habrá un momento de gran verdad para todos, un momento en el que se veri-ficará (hacer la verdad) nuestra vida: el momento de la muerte. Entonces, desnudos de poses y de intereses creados, podremos veri-ficar aquello que decía san Francisco: "somos lo que somos ante Dios, y nada más" (Admonición 19).

La eternidad ya ha comenzado para nosotros con la vida. Somos inmortales. Vivir teniendo presente este momento significa vivir con la voluntad de no querer improvisarlo como quien se resiste ante un encuentro indeseado pero inevitable. Más bien es vivir en lo cotidiano siendo lo que somos en la mente y en el corazón de Dios, es decir, realizando su diseño, su designio sobre nosotros, su proyecto sobre todos y cada uno. Nuestro corazón nos reclama que las cosas más bellas, las más amadas, empezando por la misma vida y el mismo amor, no tengan ocaso. Este es nuestro destino feliz, bienaventurado y dichoso, que ha comenzado ya aunque todavía no haya llegado a su plena manifestación.

Dios me los bendiga

P. Gustavo

Evangelio del domingo: Cuando visita Dios


Queridos hijos e hijas de mi amado corazón de padre

Hace un tiempo los tengo olvidados, pero ahora con la magia que nos da internet, trataré de publicar los comentarios a los evangelios de los domingos tomados de Zenit.org.

Por monseñor Jesús Sanz Montes, ofm

El Evangelio de este domingo nos llena de una serena esperanza. Jesús no ha venido para el regalo fácil, para el aplauso falaz y la lisonja barata de los que están en el recinto seguro, sino más bien "ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido". Aquella sociedad judía había hecho una clasificación cerrada de los que valían y de los que no. Jesús romperá ese elenco maldito, ante el escándalo de los hipócritas, y será frecuente verle tratar con los que estaban condenados a toda marginación: enfermos, extranjeros, prostitutas y publicanos. Era la gente que por estar perdida, Él había venido precisamente a buscar. Concretamente Zaqueo, tenía en su contra que era rico y jefe de publicanos, con una profesión que le hacía odioso ante el pueblo y con una riqueza de dudosa adquisición.

Jesús como Pastor bueno que busca una oveja perdida, o una dracma extraviada, buscará también a este Zaqueo, y le llamará por su nombre para hospedarse en su casa: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa". Lucas emplea en su evangelio más veces este adverbio, hoy: cuando comienza su ministerio público ("hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír" -Lc 4,16-22-), y cuando esté con Dimas, el buen ladrón, en el calvario ("te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso" Lc 23,43 ).

El odio hacia Zaqueo, el señalamiento que murmura, condena y envidia... no sirvieron para transformar a este hombre tan bajito como aprovechón. Bastó una mirada distinta en su vida, fue suficiente que alguien le llamase por su nombre con amor, y entrase en su casa sin intereses lucrativos, para que este hombre cambiase, para que volviese a empezar arreglando sus desaguisados.

La oscuridad no se aclara denunciando su tenebrosidad, sino poniendo un poco de luz. Es lo que hizo Jesús en esa casa y en esa vida. Y Zaqueo comprendió, pudo ver su error, su mentira y su injusticia, a la luz de esa Presencia diferente. La luz misericordiosa de Jesús, provocó en Zaqueo el cambio que no habían podido obtener los odios y acusaciones sobre este hombre. Fue su hoy, su tiempo de salvación.

¿Podremos hacer escuchar en nuestro mundo esa voz de Alguien que nos llama por nuestro nombre, sin usarnos ni manipularnos, sin echarnos más tierra encima, sin señalar inútilmente todas las zonas oscuras de nuestra sociedad y de nuestras vidas personales, sino sencillamente poniendo luz en ellas? Quiera el Señor visitar también hoy la casa de este mundo y de esta humanidad. Será el milagro de volver a empezar para quienes le acojamos, como Zaqueo.


¡Dios, me los bendiga!
P. Gustavo

Septiembre … Mes de la Biblia


Queridos hijos e hijas de mi amado corazón de padre

Durante todo el mes de Setiembre, la Iglesia celebra el mes de la Biblia. La intención es que durante este mes, en todas las comunidades cristianas, se desarrollen algunas actividades que nos permitan acercarnos mejor y con más provecho a la Palabra de Dios.

Propuestas para escuchar la Palabra

- La lectura diaria de los textos bíblicos litúrgicos es una excelente ayuda para profundizar en la Palabra de Dios. De esta manera nos unimos a toda la Iglesia que ora al Padre meditando los mismos textos. También nos acostumbramos a una lectura continuada de la Biblia, donde los textos están relacionados y lo que leemos hoy se continúa con lo de mañana. La lectura diaria de los textos (para lo cual Liturgia Cotidiana es una excelente herramienta) constituye una "puerta segura" para escuchar a Dios que nos habla en la Biblia.

- ¿Has leído alguna vez un evangelio entero "de corrido"? Es muy interesante descubrir la trama de la vida de Jesús escrita por cada evangelista. Muchos detalles y relaciones entre los textos que cada evangelista utiliza quedan al descubierto cuando uno hace una lectura continuada. Este mes es propicio para ofrecerle a Dios este esfuerzo. Te recomendamos la lectura del evangelio de Marcos. No es muy largo, en unas horas se puede leer. Al ser el primero de los sinópticos, los otros (Mateo y Lucas) lo siguen en el esquema general. Por lo tanto es una muy buena "puerta de entrada" al mensaje de Jesús.

- Otra posibilidad para poner en práctica este mes (y tal vez iniciar un hábito necesario y constructivo) es la oración con los salmos. Los mismos recogen la oración del pueblo de dios a lo largo de casi mil años de caminata del pueblo de Israel. Nos acercan la voz del pueblo que ora con fe, y la palabra de Dios, que nos señala esta manera de orar para acercarnos y escuchar sus enseñanzas. En los salmos podemos encontrar una inmensa fuente de inspiración para la oración. Hay salmos que nos hablan de la alegría, de las dificultades y conflictos, de la esperanza, del abatimiento, del dolor, de la liberación y la justicia, de la creación, de la misma Palabra de Dios (salmo 118, el más largo de todos). Aprender a rezar con los Salmos es una "puerta siempre abierta" para el encuentro con el Dios de la Vida.

- La lectura orante de la Palabra, realizada en comunidad, nos pone en sintonía con la voluntad de Dios. Es un ejercicio clave para el crecimiento en la fe. La fuerza de la comunidad nos alienta para encontrar en los textos la fuerza del Espíritu. Todos aprendemos juntos y nos enriquecemos con el aporte de cada uno. Existen muchos métodos de lectura orante. Simplificando al máximo podemos decir que los siguientes cuatro pasos son los más comunes

Lectura
Meditación
Oración
Compromiso

La lectura orante siempre desemboca en un desafío para vivir. La Palabra de Dios nos desafía a seguir los pasos de Jesús y cambiar nuestra vida.

La lectura orante, practicada en comunidad, es una "puerta-espejo" que nos interpela y nos ayuda a discernir cómo vivir y practicar su Palabra en nuestros días.

¿Por qué celebramos en Septiembre el Mes de la Biblia?

Porque en un día 26 de Septiembre de 1569, se termina de imprimir totalmente la Biblia en español llamada "Biblia del Oso". Fue traducida por Casiodoro de Reina. En esa oportunidad salieron 260 ejemplares en Basilea, Suiza. De ese acontecimiento hace ya 434 años. La tapa esta Biblia tiene un oso comiendo miel desde un panal, por esa razón se le llama "Biblia del oso".

Este libro "La Biblia", es uno de los más leídos en el mundo, es el libro que se ha escrito en más idiomas. Se estima que anualmente se venden en el mundo unos 20 millones de ejemplares de La Biblia. Es la forma que eligió Dios para guiarnos y conducir nuestras vidas al Señor Jesús.

¿Quién es su autor?

Sin ninguna duda Dios mismo, "los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo" (2ª Pedro 1:21). Otro texto clave afirma este hecho: "Toda Escritura es inspirada por Dios…" (2ª Timoteo 3:16), Es decir que el "contenido escrito", fue inspiración de Dios.

¿Y cómo sabemos que Dios escribió este Libro?

Hay razones y argumentos:

- El mismo testimonio de los "escribientes" que en cientos de ocasiones afirman declaraciones como: "Y dijo Dios", "Vino palabra de Dios a mi diciendo", "el Señor me dijo, escribe lo que yo te declararé", "lo que vimos con nuestros ojos y palpamos, esto os compartimos…"

- No podían ser engañadores, si la misma ética de la Palabra, denuncia la mentira y el engaño.

- La indestructibilidad de la Biblia, es decir la providencial subsistencia del texto, a pesar de la multitud de ataques y oposición en la historia, sólo el hecho de ser protegida por Dios, manifiesta la soberanía de ese mismo Dios.

- La universalidad de su contenido, válido para todo tiempo y edades.

- La admirable información de detalles históricos, geográficos, culturales y étnicos sin encontrarse en esta información error alguno que la arqueología o la investigación no hayan investigado y descubierto como veraces.

- La incomparable ética de sus postulados, válidos para todo tiempo, y de una coherencia sin contradicción a pesar de la diversidad de sus "autores" y la distancia de tiempo entre ellos, de más de 1.500 años entre Génesis y el Apocalipsis.

- La incomparable evidencia de los cumplimientos proféticos, desde las profecías acerca de levantamiento y caída de Imperios, hasta las relacionadas con el Mesías.

- La saludable, inspiradora y edificante influencia en el mundo, a través de la Historia.

- Las incomparables evidencias históricas y transparentes de su documentación, en contraste con las obras cumbre del pensamiento humano.

- La majestuosa extensión de su mensaje y la siempre actualidad del mismo.

- El testimonio más fidedigno de la Historia, la declaración del ser más justo y veraz de nuestro Mundo, Jesucristo, quien rotundamente declaró: "el cielo y la tierra pasarán pero mis palabras no pasarán".

Sí, la Biblia tiene a Dios como autor incuestionable e indiscutible. Ella es la luz que ilumina el camino de Cristo… y Cristo… es la imagen de Dios.

En este mes de la Biblia invitamos a todos a tomar este libro santo, con la inquietud de leerla y compartirla con quienes aún no la conocen. En el mes de la Biblia, nuestra motivación principal es contribuir para que la lectura de La Biblia llegue a muchas personas. La realidad de La Biblia y el Evangelio también se demuestra en las vidas cambiadas de los mismos creyentes.

Ella ha sido inspiración y ha posibilitado que muchísimas personas cambiaran sus vidas, para bien de ellos mismos, sus familias, sus estudios, su trabajo, su futuro, su salud, su prosperidad, la paz interior y la esperanza de vida eterna.

Consigue una Biblia, abre tu Biblia, tal vez olvidada, y descubre el maravilloso mundo que Dios guarda allí, para ti, deja que Dios en su Palabra te hable y te encuentre. Es Dios quien te habla, descúbrelo, contémplalo, por ti mismo.

¡Dios me los bendiga!

P. Gustavo


28 DE AGOSTO SAN AGUSTÍN

San Agustín había sido educado cristianamente por su madre, Santa Mónica. Como consecuencia de este desvelo materno, aunque hubo unos años en que estuvo lejos de la verdadera doctrina, siempre mantuvo el recuerdo de Cristo, cuyo nombre «había bebido», dice él, «con la leche materna». Cuando, al cabo de los años, vuelva a la fe católica afirmará que regresaba «a la religión que me había sido imbuida desde niño y que había penetrado hasta la médula de mi ser». Esa educación primera ha sido, en innumerables casos, el fundamento firme de la fe, a la que muchos han vuelto después de una vida quizá muy alejada del Señor.

El amor a la verdad que siempre estuvo en el alma de Agustín, y especialmente el leer algunos libros de los clásicos, no le libró de caer en errores graves y en llevar una vida moral lejos de Dios. Sus errores consistieron principalmente «en el planteamiento equivocado de las relaciones entre la razón y la fe, como si hubiera que escoger necesariamente entre una y otra; en el presunto contraste entre Cristo y la Iglesia, con la consiguiente persuasión de que para adherirse plenamente a Cristo hubiera que abandonar la Iglesia; y en el deseo de verse libre de la conciencia de pecado no mediante su remisión por obra de la gracia, sino mediante la negación de la responsabilidad humana del pecado mismo».

Después de años de buscar la verdad sin encontrarla, con la ayuda de la gracia que su madre imploró constantemente llegó al convencimiento de que sólo en la Iglesia católica encontraría la verdad y la paz para su alma. Comprendió que fe y razón están destinadas a ayudarse mutuamente para conducir al hombre al conocimiento de la verdad, y que cada una tiene su propio campo. Llegó al convencimiento de que la fe, para estar segura, requiere la autoridad divina de Cristo que se encuentra en las Sagradas Escrituras, garantizadas por la Iglesia.

Nosotros también recibimos muchas luces en la inteligencia para ver claro, para conocer con profundidad la doctrina revelada, y abundantes ayudas en la voluntad para mantener en nuestra alma un estado de continua conversión, para estar cada día un poco más cerca del Señor, pues «para un hijo de Dios, cada jornada ha de ser ocasión de renovarse, con la seguridad de que, ayudado por la gracia, llegará al fin del camino, que es el Amor.

»Por eso, si comienzas y recomienzas, vas bien. Si tienes moral de victoria, si luchas, con el auxilio de Dios, ¡vencerás! ¡No hay dificultad que no puedas superar!». El Señor nunca niega su ayuda. Y si tuviéramos la desgracia de separarnos de Él gravemente, nos esperará cada instante como el padre del hijo pródigo, como aguardó durante tantos años la vuelta de San Agustín.


¡Dios me los bendiga!

P. Gustavo


27 de Agosto Santa Mónica, Madre de San Agustín

Mónica significa dedicada a la oración y a la vida espiritual. Santa Mónica es famosa por haber sido la madre de San Agustín y por haber logrado la conversión de su hijo. Mónica nació en Tagaste (África del Norte) a unos 100 Km. de la ciudad de Cartago en el año 332. Muere en Ostia en el año 387

FORMACION FUERTE:

Sus padres encomendaron la formación de sus hijas a una mujer muy religiosa pero de muy fuerte disciplina. Ella no las dejaba estar tomando bebidas entre horas (aunque aquellas tierras son de clima muy caliente) pues les decía: "Ahora cada vez que tengan sed van a tomar bebidas para calmarla. Y después que sean mayores y tengan las llaves de la pieza donde esta el vino, tomarán licor y esto les hará mucho daño." Mónica le obedeció los primeros años pero, después ya mayor, empezó a ir a escondidas al depósito y cada vez que tenía sed tomaba un vaso de vino. Más sucedió que un día regaño fuertemente a un obrero y este por defenderse le grito ¡Borracha! Esto le impresiono profundamente y nunca lo olvido en la vida, y se propuso no volver a tomar jamás bebidas alcohólicas. Pocos meses después fue bautizada (en ese tiempo bautizaban a la gente ya entrada en años) y desde su bautismo su conversión fue admirable.

UN ESPOSO TERRIBLE:

Ella deseaba dedicarse a la vida de oración y de soledad (como su nombre lo indica) pero sus padres dispusieron que tenía que esposarse con un hombre llamada Patricio. Este era un buen trabajador, pero terriblemente malgeniado, y además mujeriego, jugador y sin religión, ni gusto por lo espiritual. La hará sufrir lo que no esta escrito y por treinta años ella tendrá aguantar los tremendos estallidos de ira de su marido que grita por el menor disgusto, pero este jamás se atreverá a levantar la mano contra ella. Tuvieron tres hijos: dos varones y una mujer. Los dos menores fueron su alegría y consuelo, pero el mayor Agustín, la hizo sufrir por docenas de años.

LA FORMULA PARA NO PELEAR:

En aquella región del norte de África, donde las gentes eran sumamente agresivas, las demás esposas le preguntaban a Mónica porque su esposo era uno de los hombres de peor genio en toda la ciudad, pero no la golpeaba nunca a ella, y en cambio los esposos de ellas las golpeaban sin compasión. Mónica les respondió: "Es que, cuando mi esposo está de mal genio, yo me esfuerzo por estar de buen genio. Cuando el grita, yo me callo. Y como para pelear se necesitan dos y yo no acepto la pelea, pues....no peleamos". Esta fórmula se ha hecho celebre en el mundo y ha servido a millones de mujeres para mantener la paz en la casa.

VIUDA Y CON UN HIJO REBELDE:

Patricio no era católico, y aunque criticaba el mucho rezar de su esposa y su generosidad tan grande con los pobres, nunca se oponía a que ella se dedicara a estas buenas obras. Y quizás por eso mismo logro su conversión. Mónica rezaba y ofrecía sacrificios por su esposo y al fin alcanzó de Dios la gracia de que en el año de 371 Patricio se hiciera bautizar, y que lo mismo lo hiciera la suegra, mujer terriblemente colérica que por meterse demasiado en el hogar de su nuera le había amargado harto la vida a la pobre Mónica. Un año después de su bautismo, murió santamente Patricio, dejando a la pobre viuda con el problema de su hijo mayor.

EL MUCHACHO DIFICIL:

Patricio y Mónica se habían dado cuenta de que su hijo mayor era extraordinariamente inteligente, y por eso lo enviaron a la capital del estado, la ciudad de Cartago, a estudiar filosofía, literatura y oratoria. Pero Agustín tuvo la desgracia de que su padre no se interesaba nada de sus progresos espirituales. Solo le importaba que sacara buenas notas, que brillara en las fiestas sociales y que sobresaliera en los ejercicios físicos, pero acerca de la salvación de su alma, no se interesaba ni le ayudaba en nada. Y esto fue fatal para él, pues fue cayendo de mal en peor en pecados y errores.

UNA MADRE FUERTE:

Cuando murió su padre, Agustín tenía 17 años y empezaron a llegarle a Mónica noticias cada vez peores, de que el joven llevaba una vida nada santa. Que en una enfermedad, ante el temor a la muerte se había hecho instruir acerca de la religión y propuesto hacerse católico, pero que sanado de la enfermedad había abandonado el propósito de hacerlo. Y que finalmente, se había hecho socio de una secta llamada de los Maniqueos, que afirmaban que el mundo no lo había hecho Dios, sino el Diablo. Y Mónica que era bondadosa pero no cobarde, ni floja, al volver su hijo a vacaciones y empezar a oírle mil barbaridades contra la verdadera religión, lo hecho sin más de la casa y le cerró las puertas, porque bajo su techo no quería alberga enemigos de Dios.

LA VISION ANIMADORA:

Pero sucedió que en esos días Mónica tuvo un sueño en el que vio que ella estaba en bosque llorando por la pérdida espiritual de su hijo y que en ese momento se le acercaba un personaje muy resplandeciente y le decía:"tu hijo volverá contigo " y enseguida vio a Agustín junto a ella. Le narro al muchacho el sueño tenido y el dijo lleno de orgullo que eso significaba que la madre se iba a volver maniqueísta como el. Pero ella le respondió: "En el sueño no me dijeron, mama ira a donde su hijo, sino tu hijo volverá contigo" Esta hábil respuesta impresionó mucho a su hijo, quien mas tarde la consideraba como una inspiración del cielo. Esto sucedió en el año 437. Faltaban 9 años para que Agustín se convirtiera.

LA RESPUESTA DE UN OBISPO:

Por muchos siglos ha sido muy comentada la bella respuesta que un obispo le dio a Mónica cuando ella le contó que llevaba años y años rezando, ofreciendo sacrificios y haciendo rezar a sacerdotes y amigos por la conversión de Agustín. El obispo le respondió: "Este tranquila, es imposible que se pierda el Hijo de tantas lagrimas". Esta admirable respuesta y lo que había oído en el sueño, la llenaban de consuelo y esperanza, a pesar de que Agustín no daba la menor señal de arrepentimiento.

UN HIJO QUE SE FUGA Y UNA MADRE QUE LO VA SIGUIENDO:

Cuando tenía 29 años, el joven decidió ir a Roma a dar clases allá. Ya era todo un doctor. Mama se propuso irse con él para librarlo de todos los peligros morales. Pero Agustín le hizo una jugada tramposa (de la cual se arrepintió mucho mas tarde) Al llegar junto al mar le dijo a Mónica que se fuera a rezar al templo, mientras iba a visitar a un amigo, y lo que hizo fue subirse al barco y salir rumbo a Roma, dejándola sola allí, pero Mónica no era mujer débil para dejarse derrotar tan fácilmente. Tomo otro barco y se dirigió hasta Roma.

UN PERSONAJE QUE INFLUYO MUCHO:

En Milán Mónica se encontró con el Santo más famoso de la época, San Ambrosio, arzobispo de esa ciudad. En él se encontró un verdadero padre lleno de bondad y de sabiduría que la fue guiando con prudentes consejos. Además Agustín se quedo impresionado por su enorme sabiduría y la poderosa personalidad de San Ambrosio y empezó a escucharle con profundo cariño y a cambiar sus ideas y entusiasmarse por la fe católica.

LA CONVERSION:

Y sucedió que en año 387, Agustín al leer unas frases de San Pablo sintió una impresión extraordinaria y se propuso cambiar de vida. Envió lejos a la mujer con la cual vivía en unión libre, dejo sus vicios y malas costumbres. Se hizo instruir en la religión y en la fiesta de Pascua de Resurrección de ese año se hizo bautizar.

YO PUEDO MORIR TRANQUILA

Agustín, ya convertido, dispuso volver con su madre y su hermano, a su tierra, en el África, y se fueron al puerto de Hostia a esperar el barco. Pero Mónica ya había conseguido todo lo que anhelaba es esta vida, que era ver la conversión de su hijo. Ya podía morir tranquila. Y sucedió que estando ahí en una casa junto al mar, por la noche al ver el cielo estrellado platicando con Agustín acerca de como serán las alegrías que tendremos en el cielo, y ambos se emocionaban comentando y meditando los goces celestiales que nos esperan. En determinado momento exclamo entusiasmada: " ¿Y a mí que más me puede amarrar a la tierra? Ya he obtenido mi gran deseo, el verte cristiano católico. Todo lo que deseaba lo he conseguido de Dios". Poco después le invadió la fiebre, y en pocos días se agravo y murió. Lo único que pidió a sus dos hijos es que no dejaran de rezar por el descanso de su alma. Murió en el año 387 a los 55 años de edad.

Miles de madres y de esposas se han encomendado en todos estos siglos a Santa Mónica, para que les ayude a convertir a sus esposos e hijos, y han conseguido conversiones admirables.

La pintan como vestida de monja (porque así se vestían en ese tiempo las mujeres que se dedicaban a la vida espiritual, huyendo de los adornos y de la vanidad) y con un bastón de caminante, en recuerdo que hizo de los viajes buscando a su hijo para convertirlo, y con un libro en la mano, para no olvidar que fue la lectura de una página de la Biblia lo que obtuvo que Agustín se decidiera a convertirse definitivamente.

Santa Mónica: Sigue rogando por las madres y por sus hijos, por las esposas y sus maridos y por todos los pobres pecadores que necesitamos convertirnos.

Gloriosa Santa Mónica, modelo de madre. Tu vida la admiramos en los vaivenes de tu hogar y sobre todo, siguiendo a tu hijo Agustín. Supiste atraer a tu esposo hacia Dios e igualmente a aquel hijo que había perdido la fe.

Le seguías llamándole, orando, llorando... Consíguenos que comprendamos el papel sagrado de las madres y su influencia en el hogar. Confiamos nuestra familia a tu protección. Amén.

¡VIRGEN DEL CARMEN!, NUEVAMENTE TE PEDIMOS ¡ACOGENOS BAJO TU MANTO!





Queridos hijos e hijas de mi amado corazón de padre:

Nos encontramos nuevamente para celebrar un aniversario más. La Madre, como siempre, sale a nuestro encuentro, para demostrarnos que no esta alejada de nuestra luchas cotidianas, nos invita continuamente a mirarla y a elevarle nuestras tiernas peticiones, para que Ella se las presente al fruto bendito de sus vientre. Por eso este año nuestra novena esta centrada en los misterios de la oración que a Ella le gusta tanto: el Santo Rosario

En estos últimos tiempos, como lo hace en cada una de sus apariciones, nos aconseja desde lo mas hondo de su corazón, que le renovemos nuestro amor mediante el rezo del Santo Rosario, arma poderosa para que la bendición del Señor permanezca sobre nosotros, sobre nuestras familias y sobre nuestra ciudad. En esta oportunidad, los invito a que renovemos nuestro amor y depositemos, mediante el rezo del mismo, todo lo bueno que deseemos para nuestra para nuestras familias, para nuestra ciudad y para nuestra Nación, en el año de su bicentenario.

No olvidemos que, se hizo cercana a nosotros, que nos espera y nos da la bienvenida cuando entramos en nuestro templo, porque quiere que todos sus hijos e hijas confíen en su amor maternal. Son muchos los problemas que nos aquejan, son muchas las luchas que nos toca vivir en nuestro trajinar diario, son muchos los sueños, las peticiones, los ideales y proyectos; Ella, solo nos pide una cosa que confiemos en su interseción. Valoremos el Santo Rosario, valoremos esta arma poderosa y contemplemos a través del mismo, que aun hoy podemos ser una viva imagen de Jesús vivo en todos los sitios.

MIERCOLES 07 DE JULIO

SANTO ROSARIO, SU IMPORTANCIA EN NUESTRAS VIDAS

18, 30 HS. REZO DEL SANTO ROSARIO.

19 HS. SANTA MISA.

En vísperas de nuestra Independencia, invitamos a todos los establecimientos escolares para bendecir sus Banderas de Ceremonias

JUEVES 08 DE JULIO

SANTO ROSARIO, AYUDA PARA LA EVANGELIZACION

18, 30 HS. REZO DEL SANTO ROSARIO.

19 HS. SANTA MISA.

En esta Santa Misa bendeciremos a todos los que trabajan en los grupos parroquiales.

VIERNES 09 DE JULIO

SANTO ROSARIO, ORACION PREFERIDA DE LA VIRGEN

18, 30 HS. REZO DEL SANTO ROSARIO.

19 HS. SANTA MISA.

En esta Santa Misa estaremos administrando la Unción de los Enfermos

SABADO 10 DE JULIO

SANTO ROSARIO, SU RECITACION EN FAMILIA

18, 30 HS. REZO DEL SANTO ROSARIO.

19 HS. SANTA MISA.

En esta Santa Misa bendeciremos a TODOS LOS MATRIMONIOS CASADOS O NO POR IGLESIA

DOMINGO 11 DE JULIO

SANTO ROSARIO, CORONA DE ROSAS A LA VIRGEN

10 HS. SANTA MISA DE NIÑOS

En esta Santa Misa estaremos realizando la bendición de niños

18, 30 HS. REZO DEL SANTO ROSARIO.

19 HS. SANTA MISA.

LUNES DÍA 12 DE JULIO

SANTO ROSARIO, ORACION Y CONTEMPLACION

18, 30 HS. REZO DEL SANTO ROSARIO.

19 HS. SANTA MISA.

En esta Santa Misa estaremos bendiciendo las llaves de nuestras casas y autos

MARTES DIA 13 DE JULIO

SANTO ROSARIO, LA VIRGEN PIDE SU REZO

18, 30 HS. REZO DEL SANTO ROSARIO.

19 HS. SANTA MISA.

En esta Santa Misa bendeciremos los escapularios que se impondrán el día de la Virgen.

MIERCOLES DIA 14 DE JULIO

SANTO ROSARIO, PUERTA DEL CIELO

18 HS. Daremos comienzo con la lectura de las listas de difuntos de nuestra comunidad

19 HS. Santa Misa de Difuntos

JUEVES DIA 15 DE JULIO

SANTO ROSARIO, LUZ EN NUESTRAS VIDAS

18, 30 HS. REZO DEL SANTO ROSARIO.

19 HS. SANTA MISA.

En esta Santa Misa bendeciremos a las futuras Mamás

VIERNES 16 DE JULIO

HONRAMOS A NUESTRA PATRONA

9 hs. Comienza el Rosario continuado en honor a Nuestra Señora del Carmen.

18 hs. Se realizara el Santo Rosario de luces.

19 hs. Santa Misa en Honor a Nuestra Señora del Carmen.

Presidida por nuestro Obispo

Monseñor Agustín Radrizzani

En la misma se impondrán a todos aquellos que lo deseen el Escapulario de Nuestra Señora.


LOS ACTOS CENTRALES DE NUESTRA PATRONA SE REALIZARAN EL DIA 18 DE JULIO DESDE LAS 09 HS. DE LA MAÑANA

DOMINGO 18 DE JULIO

SOLEMNE FIESTA PATRONAL

9 hs: Salve de bombas. Repique de campanas anunciando el “Día de la Virgen”

10 hs: Santa Misa a Ntra. Sra. Del Carmen.

14,30 hs: Concentración de fieles en nuestro templo parroquial.

15 hs: Tradicional procesión con la imagen de la Virgen, por las calles de nuestra ciudad.

16 hs: Santa Misa a Ntra. Sra. Del Carmen.

17 hs: Comienzo de las actividades culturales frente a nuestra comunidad parroquial.

19 hs: Santa Misa a Ntra. Sra. Del Carmen.

20hs: Continuación de los espectáculos frente a la comunidad parroquial.

22 hs: Broche final de la jornada principal con bombas y fuegos artificiales

Con fe, con devoción, con entusiasmo, vamos a vivir esta Novena participando de ella con un corazón abierto y agradecido a esta Madre bajo cuyo manto transcurre la linda historia de nuestra ciudad de Chivilcoy

Los espero y les mando mi bendición.

Su Padre, su Hermano, su Amigo y su Pastor.

Padre Gustavo

SOLEMNIDAD DE SAN PEDRO Y SAN PABLO



I. El Señor elige a los suyos.

¿Qué he de hacer, Señor?, preguntó San Pablo en el momento de su conversión. Le respondió Jesús: Levántate, entra en Damasco y allí se te dirá lo que has de hacer. El perseguidor, transformado por la gracia, recibirá la instrucción cristiana y el Bautismo por medio de un hombre —Ananías—, según las vías ordinarias de la Providencia. Y enseguida, teniendo a Cristo como lo verdaderamente importante de su vida, se dedicará con todas sus fuerzas a dar a conocer la Buena Nueva, sin que le importen los peligros, las tribulaciones y sufrimientos y los aparentes fracasos. Sabe que es el instrumento elegido para llevar el Evangelio a muchas gentes: Aquel que me escogió desde el seno materno y me llamó a su gracia, se dignó revelar a su Hijo en mí, para que yo lo anunciara a los gentiles..., leemos en la Segunda lectura de la Misa.

San Agustín afirma que el celo apasionado anterior a su encuentro con Cristo era como una selva impracticable que, siendo un gran obstáculo, era sin embargo el indicio de la fecundidad del suelo. Luego, el Señor sembró allí la semilla del Evangelio y los frutos fueron incontables. Lo que sucedió con Pablo puede ocurrir con cada hombre, aunque hayan sido muy graves sus faltas. Es la acción misteriosa de la gracia, que no cambia la naturaleza sino que la sana y purifica, y luego la eleva y la perfecciona.

San Pablo está convencido de que Dios contaba con él desde el mismo momento de su concepción, desde el seno materno, repite en diversas ocasiones. En la Sagrada Escritura encontramos cómo Dios elige a sus enviados incluso antes de nacer; se pone así de manifiesto que la iniciativa es de Dios y antecede a cualquier mérito personal. El Apóstol lo señala expresamente: Nos eligió antes de la constitución del mundo, declara a los primeros cristianos de Éfeso. Nos llamó con vocación santa, no en virtud de nuestras obras, sino en virtud de su designio, concreta aún más a Timoteo.

La vocación es un don divino que Dios ha preparado desde la eternidad. Por eso, cuando el Señor se le manifestó en Damasco, Pablo no pidió consejo «a la carne y a la sangre», no consultó a ningún hombre, porque tenía la seguridad de que Dios mismo le había llamado. No atendió a los consejos de la prudencia carnal, sino que fue plenamente generoso con el Señor. Su entrega fue inmediata, total y sin condiciones. Los Apóstoles, cuando escucharon la invitación de Jesús, también dejaron las redes al instante y, relictis ómnibus, abandonadas todas las cosas, se fueron tras el Maestro. Saulo, antiguo perseguidor de los cristianos, sigue ahora al Señor con toda prontitud.

Todos nosotros hemos recibido, de diversos modos, una llamada concreta para servir al Señor. Y a lo largo de la vida nos llegan nuevas invitaciones a seguirle en nuestras propias circunstancias, y es preciso ser generosos con el Señor en cada nuevo encuentro. Hemos de saber preguntar a Jesús en la intimidad de la oración, como San Pablo: ¿qué he de hacer, Señor?, ¿qué quieres que deje por Ti?, ¿en qué deseasque mejore? En este momento de mi vida, ¿qué puedo hacer por Ti?

II. Llamada de Dios y vocación apostólica.

Dios llamó a San Pablo con signos muy extraordinarios, pero el efecto que produjo en él es el mismo que ocasiona la llamada específica que Dios hace a muchos para que le sigan en medio de sus tareas seculares. A todos los cristianos llama el Señor a la santidad y al apostolado; se trata de una vocación exigente, en muchos casos heroica, pues el Señor no quiere seguidores tibios, discípulos de segunda fila. Pero a algunos, permaneciendo en sus propios quehaceres del mundo, Cristo les llama a una particular entrega para extender su reinado entre todos los hombres. Y cada uno, respondiendo a la vocación específica a la que ha sido llamado, si quiere ser discípulo del Maestro, ha de tener un sentido apostólico de la vida que le llevará a no dejar ninguna oportunidad de acercar a otros a Cristo, que es, a la vez, llevarlos a la alegría, a la paz, a la plenitud.

El apostolado fue en Pablo, y lo es en cada cristiano que vive su vocación, parte de su vida o, mejor, su vida misma; el trabajo se convierte en apostolado, en deseos de dar a conocer a Cristo, y lo mismo el dolor o el tiempo de descanso..., y a la vez este celo apostólico es el alimento imprescindible del trato con Jesucristo. Conocer al Señor con intimidad lleva forzosamente a comunicar este hallazgo: es la «señal cierta de tu entregamiento». Cuando seguir a Cristo es una realidad, llega «la necesidad de expandirse, de hacer, de dar, de hablar, de transmitir a los demás el propio tesoro, el propio fuego (...). El Apostolado se convierte en expansión continua de un alma, en exuberancia de una personalidad poseída de Cristo y animada por su Espíritu; se siente la urgencia de correr, de trabajar, de intentar todo lo posible para la difusión del reino de Dios, para la salvación de los otros, de todos». ¡Ay de mí si no evangelizara!, exclama el Apóstol.

Cuando llevamos la Buena Nueva a otros estamos cumpliendo el mandato que Cristo nos ha dado: Id al mundo entero y predicad el Evangelio a toda criatura. Además, la vida interior queda enriquecida, como la planta que recibe el agua necesaria en el momento oportuno. San Pablo nos da hoy ejemplo y nos ayuda a hacer examen de ese interés vivo que tenemos para acercar a los demás un poco más a Dios. Identificado con Cristo —el descubrimiento supremo de su vida—, que no vino a ser servido sino a servir y dar su vida en redención por muchos, el Apóstol se hace siervo de todos para ganar a los más que pueda. Con los judíos —les dice a los de Corinto— me hice judío, para ganar a los judíos... Me hice débil con los débiles, para ganar a los débiles. Me he hecho todo para todos, para salvar de cualquier manera a algunos.

Hoy nosotros le pedimos un corazón grande como el suyo, para pasar por encima de las pequeñas humillaciones o de los aparentes fracasos que todo apostolado lleva consigo. Y le decimos a Jesús que estamos dispuestos a convivir con todos, a ofrecer a todos la posibilidad de conocer a Cristo, sin tener demasiado en cuenta los sacrificios y molestias que nos pueda acarrear.

III. El apostolado, una tarea sacrificada y alegre.

San Pablo exhorta a Timoteo y a todos nosotros a hablar de Dios opportune et importune, con ocasión y sin ella; es decir, también cuando las circunstancias sean adversas. Pues vendrá un tiempo en que no soportarán la sana doctrina, sino que se rodearán de maestros a la medida de sus pasiones para halagarse el oído. Cerrarán sus oídos a la verdad y se volverán a los mitos. Parece como si el Apóstol estuviera presente en nuestros tiempos. Pero tú —señala a Timoteo, y en él a cada cristiano— sé sobrio en todo, sé recio en el sufrimiento, esfuérzate en la propagación del Evangelio, cumple perfectamente tu ministerio. Los sacerdotes lo harán principalmente con la predicación de la palabra de Dios, con el ejemplo personal, con su caridad, con los consejos en el sacramento de la Penitencia. Los seglares —la inmensa mayoría del Pueblo de Dios—, ordinariamente a través de la amistad, con el consejo amable, con la conversación a solas con el amigo que parece que se aleja del Señor o con el que nunca estuvo cerca de El... Y esto a la salida de la Facultad o del trabajo, en el mismo lugar donde se pasa el verano... Los padres con los hijos..., aprovechando el mejor momento o creando la ocasión...

Juan Pablo II alentaba a los jóvenes —y todo cristiano que tiene a Cristo permanece siempre joven en su corazón— a un apostolado vivo, directo y alegre: «Sed profundamente amigos de Jesús y llevad a la familia, a la escuela, al barrio, el ejemplo de vuestra vida cristiana, limpia y alegre. Sed siempre jóvenes cristianos, verdaderos testigos de la doctrina de Cristo. Más aún, sed portadores de Cristo en esta sociedad perturbada, hoy más que nunca necesitada de Él. Anunciad a todos con vuestra vida que sólo Cristo es la verdadera salvación de la humanidad».

Hemos de pedir hoy a San Pablo saber convertir en oportuna cualquier situación que se nos presente. Incluso «quienes viajan por motivo de obras internacionales, de negocios o de descanso, no olviden que son en todas partes heraldos itinerantes de Cristo y que deben portarse como tales con sinceridad», con la sinceridad que expresa un alma que ha constituido a Cristo como eje sobre el cual se organizan todos los demás asuntos de su vida. Hasta los niños — ¡qué buenos instrumentos del Espíritu Santo pueden ser!— tienen su propia actividad apostólica, según señala el Concilio Vaticano II, pues «según su capacidad, son testigos vivientes de Cristo entre sus compañeros».

Es sorprendente, dichosamente sorprendente, la infatigable labor apostólica del Apóstol. Y quien verdaderamente ama a Cristo sentirá la necesidad de darlo a conocer, pues —como dice Santo Tomás de Aquino— lo que admiran mucho los hombres lo divulgan luego, porque de la abundancia del corazón habla la boca.

Pidamos a Nuestra Señora —Regina Apostolorum— que cada vez comprendamos mejor que el apostolado es una tarea alegre, aunque sea sacrificada, y la gran responsabilidad que tenemos respecto a todos los hombres, y particularmente con los que cada día nos relacionamos.


¡Queridos hijos e hijas, Dios me los bendiga!

P. Gustavo